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Una crisis de salud pública mundial

La violencia doméstica es una crisis de salud pública mundial y un abuso de los derechos humanos. Sólo en Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) descubrieron que más de la mitad de las mujeres y casi uno de cada tres hombres han sufrido violencia sexual con contacto físico a lo largo de su vida. (1).

No es de extrañar, por tanto, que las víctimas y supervivientes de la violencia doméstica y sexual procedan de todos los ámbitos de la sociedad: etnias, razas, edades, creencias, niveles de ingresos, orientaciones sexuales y géneros.

Todos nos vemos afectados por estos abusos, seamos o no víctimas/supervivientes. Puede tratarse de un colega, vecino, amigo o familiar que esté sufriendo abusos, cuyas consecuencias pueden cambiarle la vida y, en ocasiones, ponerla en peligro. Pueden sufrir ansiedad, depresión o TEPT, tener baja autoestima o tener tendencias suicidas. Podrían necesitar tratamiento hospitalario por lesiones físicas graves o tener hijos que no pueden dormir por haber sido testigos de la violencia. 

Aunque los efectos personales de la violencia doméstica son devastadores, también son muchos los costes para la sociedad. El coste económico a lo largo de la vida asociado a los servicios médicos por lesiones relacionadas con la VPI, la pérdida de productividad del trabajo remunerado, la justicia penal y otros costes asciende a 3,6 billones de dólares. El coste de la VPI a lo largo de la vida de una víctima fue de 103.767 dólares para las mujeres y de 23.414 dólares para los hombres (2).

Para acabar con la violencia doméstica y sexual, todos debemos ser parte de la solución. Educarte a ti mismo y a los demás, ayudar a un amigo que sufre malos tratos, denunciar y ser un espectador comprometido son ejemplos de cosas que puedes hacer para ayudar.

Hablar abiertamente de estos temas ayudará a acabar con la vergüenza y el estigma que pesan sobre los supervivientes de la violencia doméstica y las agresiones sexuales.

La próxima vez que estés en una habitación con seis personas, piensa en esto:

¿Qué son la violencia doméstica y la violencia sexual?

Piense en las siguientes señales a partir de su propia experiencia o de la de alguien a quien cuida.

Acceda al conjunto de herramientas NO MORE para consultar estudios, recursos y fichas informativas.
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Cómo ofrecer apoyo

  1. Consigue recursos: no tengas miedo de pedir ayuda.
  2. Apoyo a los supervivientes: qué decir y cómo ayudar
  3. Intervención de espectadores: ejemplos reales que le ayudarán a prepararse para actuar

Por supuesto, si ves, oyes o sospechas que alguien está en peligro inmediato, llama inmediatamente al 911.

Saber qué decir

Apoyar a alguien que sufra violencia doméstica o sexual.

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Saber responder

Responder eficazmente a una revelación de violencia doméstica y sexual.

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Saber cuándo intervenir

Aprenda cómo pueden intervenir los transeúntes de forma segura en caso de malos tratos o cómo pueden alzar la voz.

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Dónde obtener ayuda

Una vez que sepas cómo reconocer la violencia doméstica y sexual, podrás aprender a responder a alguien que pueda necesitar ayuda y también tomar medidas para prevenir estos delitos en el futuro. 

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